En 1989, con la Agrupación Rosada, Guillermo Pereyra ya demostró su capacidad de trabajo, impulsando la reorganización del sindicato.
En 1998, con la Lista Celeste y Blanca, alcanzó el cargo de Secretario General que ejerció durante 20 años. Cargo que dignificó.
Un tiempo de lucha y defensa de los derechos de los trabajadores, con importantes logros gremiales como la Resolución de 1999 que fijó el cierre de los comercios cada 1 de mayo y conseguir que el 24 y el 31 de diciembre la jornada laboral se redujera, con el cierre a las 14 horas.
Como Diputado Nacional, en el Congreso, impulsó la Ley 26.541 que estableció el 26 de septiembre como Día del Empleado de Comercio.
En 2008 consiguió reformas al contrato de trabajo parcial a través de la Ley 26.474, poniendo así fin a los abusos de la patronal y el pago de horas extras.
Como legislador nacional tampoco abandonó su rol y acompañó todas las luchas del Sindicato en Mendoza.
Guillermo Pereyra no sólo cumplió sus promesas: las superó.
Alcanzó su anhelo y el de muchos cuando logró que el CEC tuviera su Equipo de Fútbol en la Liga Mendocina; primer club de origen sindical afiliado a AFA; y siempre apoyó el deporte en todas sus formas como herramienta de inclusión y desarrollo de valores de los trabajadores, otra enseñanza de sus líderes Juan Domingo Perón y Evita.
Se convirtió en un líder y conductor del sindicato, no por el cargo, sino a través de una gestión transformadora que agregó atención y servicios de salud, beneficios para los jubilados, escuela de verano para los chicos, programas para afiliados con discapacidad, ayuda para los celíacos, educación para la salud, capacitación profesional y espacios abiertos para la mujer y sus propuestas.
Le dio a los trabajadores jubilados y jubiladas el mejor espacio: el de la contención y el respeto.
Acompañó todas las luchas de la mujer en el ámbito gremial y político: la erradicación de la violencia y el apoyo a la paridad de género son ejemplos de la amplitud de sus convicciones.
El Instituto Superior, un proyecto educativo que trascendió ampliamente la labor gremial, dotó a los trabajadores de comercio de un ámbito de formación de excelencia.
Siempre a la vanguardia, Guillermo fue “hechos más que palabras”.
En el 2003 con la creación del Programa CEC ESCUCHA marcó tendencia en salud laboral y cuando todavía no se hablaba de mobbing, en el Gremio ya se trataba.
Su concepto en materia de salud como servicio integral y solidario impulsó la excelencia en la cobertura y la calidad en la atención de la enfermedad. La remodelación de los Consultorios de la sede central y la inauguración de los nuevos Consultorios son una muestra más de su capacidad de respuesta atenta a las necesidades de los trabajadores y trabajadoras.
Su impecable gestión como Delegado Regional de la Obra Social de los Empleados de Comercio, OSECAC, durante este difícil contexto de pandemia y en cuarentena, define los alcances de su visión y de su responsabilidad. Estuvo allí, al frente de sus exigencias y al servicio de sus afiliados.
Forjó, dentro de sus ideales, un sindicalismo, ligado al compromiso social: eficiente, inclusivo, participativo y plural.
Abrió las puertas del Sindicato y abrió nuevas puertas en Delegaciones de Rodeo de la Cruz, Barrio UNIMEV, Lavalle y Uspallata. Hacía crecer.
También logró el techo para los sueños de muchos afiliados: su vivienda. La entrega del Tercer Barrio de Empleados de Comercio concretó las aspiraciones de cincuenta familias.
Convocó a la juventud, conformó un cuerpo de delegados con los que trabajó codo a codo en la problemática laboral de cada empresa.
Renovaba proyectos y asumía nuevos desafíos paso a paso. Encabezaba con ellos, sus compañeros, marchas, reclamos, movilizaciones, pedidos y diálogos por la mejora de su calidad de vida. Responsabilidad social sindical se llama a ese valor, que fue su mejor bandera.
Más allá de su exigencia sindical, no dejó de estar al lado de toda su familia.
Como Diputado Provincial; a través de la Ley de Diversión Nocturna se preocupó por la seguridad de los jóvenes mendocinos, y nos hizo conocer la importancia de prevenir y erradicar el grooming.
Presente, siempre presente, con los valores y principios que deberían incluirse en todo código de ética pública para garantizar la convivencia.
Tuvo la valentía y la nobleza de renunciar a su cargo de Secretario General, pero no a su lucha. Cedió la antorcha para los que lo acompañaban. Siempre consecuente con lo que decía.
Esto no es una despedida, sería injusto, los empleados de comercio siempre tendrán en Guillermo un modelo de ser humano de referencia, inmenso preocupado y ocupado por todos nuestros derechos sindicales y sociales, en definitiva, por mejorar nuestra calidad de vida.
Hoy, con ese legado, como Secretario General del CEC Mendoza, agradezco haber sido parte de su equipo de trabajo y asumo el inmenso desafío de continuar su tarea, con el afecto, la admiración y el respeto que me merece su figura, su coherencia y su generoso protagonismo social.
¡Con más convicción que nunca, con la fuerza para consolidar luchas y promover nuevas conquistas, por y para todos los compañeros empleados de comercio, seguiremos firmes, unidos y presentes!
Fernando Ligorria
Secretario General